miércoles, 29 de abril de 2009

Justicia (nadie se atreva a chocar a mi vieja)

Calor, transito, ruido. El sonido de los motores no la dejaba escuchar la radio, asi que a pesar de sufrir por la sofocante temperatura, mi madre decidio cerrar los vidrios del auto. A la hora en que transitaba por esa calle, justo salian los niños de un colegio colindante con el lugar a donde se dirigia. Metros antes de llegar, y sin darle tiempo, ni teniendo lugar para reaccionar, un imbecil que se creia un autentico macho abre deliberadamente la puerta de su Ford F-100 de par en par, chocando con la puerta del humilde duna weekend que conducia mi madre. El vidrio estallo e inundo el habitaculo del auto. La violencia y el sonido de la explosion dejaron a esa mujer que me pario azorada. Tardo unos segundos en raccionar. Para ese momento ya tenia la cara cubierta de sangre, y los vidrios estaban por doquier, por lo que cada movimiento debia ser preciso, para evitar los cortes indesesados.
Esquivando vidrios logro bajar del vehiculo, para sacudirse e increpar al imprudente conductor del utilitario.Alla fue.
El tipo a estas alturas salia del establecimiento educativo con ods infantes colgando de los brazos. Ni lloraban ni reian, solo colgaban.
Debe haber tenido unos 50 años. No tenia aspecto de adinerado. Tampoco de pobre, podria haber sido cualquiera de nosotros, yo me encargaria que ya no sea ninguno de nosotros.
Mi vieja se le para en frente, y mirandolo a los ojos, mientras se sacaba los restos de cristal de los cabellos, le dice: Escuchame, no me viste que venia?
El tipo, con mucho menos que preocupacion, responde que si, mientras subia a los niños colgantes a la camioneta.
Pero no ves que estoy sangrando, dice mi madre. El tipo de un modo liviano le responde que si esta golpeada llame a un servicio de emergencias, sube a su movil y se va.
Con desesperacion, angustia e impotencia, mi madre llama a la policia, pasa los datos de la camioneta, pero estos inservibles servidores tardan en llegar y no recuerdan ningun dato.
Yo, mientras tanto, dormia placidamente en mi cama.
Escucho la puerta, los pasos, las llaves y de nuevo los pasos; acelerados de un modo anormal. Ella entra en mi habitacion y me cuenta lo sucedido. Logra despertarme.
Despues de un rato de hablar, de preguntar que haria ella, de pensar en que haria yo y que deberia hacer el tipo, pregunto si recordaba la patente. Ella responde que solo los numeros, ninguna letra. Con eso es suficiente, respondi.
En lo que quedaba del dia no podria hacer nada, tenia que tranquilizarme y pensar. Diagramar estrategias y planificar futuros dolores ajenos en mi cabeza.
Que mejor lugar para todo esto que la taberna. Alla fui.
Luis, poneme una cerveza y una medida de whisky. Eso tomaba Billy the Kid.
A Luis le importo un carajo, pero me puso la bebida.
Mientras me tomaba mi orden, veia la pared. El lugar es horrible, no se porque sigo viniendo a esta pocilga, me dije para mis adentros.
Despues de dos o tres rondas logre aclarar mi cabeza, era tarde y me tenia que ir. Llegue a casa cerca de las tres de la mañana, a esa hora ni los perros ladraban.
Al otro dia me desperte tarde, no tenia que hacer, asi que dormia hasta que el cuerpo se quejaba. A las cuatro de la tarde sali para el colegio, llevaba en el auto una barreta, una madera de 3" x 3" y las dos nudilleras. Ademas de los siempre utiles zapatos de trabajo, con punta de acero.
Una hora de espera y aparece una camioneta. Me levanto y empiezo a sentir la sangre correr. Parece estar mas espeza de lo comun, y mas caliente, como corresponde.
Con los nudilleros calzados, apretando las manos me voy acercando. Estoy listo para matarlo si es necesario.
Pienso en la imagen de mi vieja sangrando y se me van todos los miedos y las limitaciones, quiero su sangre, quiero sentir su dolor y que me alague pidiendo auxilio. Sangre va a ser.
Llego hasta el vehiculo, y antes de desatar la ira, corroboro que sea la indicada y no. Estaba equivocado.
Ahora indignado, me voy a sentar de nuevo. La espera y la bronca de a poco se van transformando en aburriemiento. Veo a los padres entrar y salir, a los niños entrar llorando y salir contentos, cuento las piedras de la pared; y nada. El hijo de puta no aparece, y yo estoy hace dos horas y media. A esto tambien se lo voy a cobrar con fuerza.
En el tumulto, de repente veo acercarse a un tipo, empujando a los niños por la cabeza, a la voz de a ver, correte. Me levanto, ese debe ser el.
Erguido, presionando los anillares de las nudilleras, hago un paneo en busca de la camioneta. La encuentro. Veo al tipo nuevamente, pero se pierde entre la gente que esta ingresando al colegio. Me acerco a la camioneta, quedandome en el lateral actuando indiferente.
Se acerca, y al abrir la puerta me mira sin decir nada. Apuesto a que si fuera como mi madre, pequeño y con rulitos crispados, ya estaria echando insultos para que deje de apoyarme en su mierda de vehiculo.
Antes de que suba los niños me despego, doy un paso hacia atras, y con todo el impulso que pude tomar, le di una trompada al vidrio. Exploto.
El tipo quedo atonito, no entendia el porque de mi violencia. Los niños si, comienzan a llorar. Deberia ahorrar recursos para cuando le caiga a golpes a su padre.
Me acerco de a poco, sin quitarle la mirada, con los brazos en paralelo al cuerpo. Estoy listo. A pesar del calor, no me quito la campera. No por estupido, sino que el cuero tiene mistica, y me ayuda a componer el personaje.
Cuando estoy a un paso, levanto 45º el brazo derecho, quedo señalando a uno de los niños y pregunto: Hijo tuyo, no?
El tipo tiene miedo, mueve la cabeza.
Bueno, comienzo a explicar, yo soy el hijo de la señora a la que le reventaste la ventana; que en lugar de llamar al servicio de emergencias lo llamo a su nene, que en lugar de llorar se enojo. Larga a los pibes, deciles que se alejen, por su bien.
El tipo no responde, mira a los niños, me mira y mira a la gente al rededor.
Tenia la idea de que eras mas guapo exclamo mientras le agarro el cuello de la camisa.
No reponde nuevamente.
Me canse. Tiene que reaccionar de algun modo.
Doy un paso atras, y cambiando el impulso, le propino una patada en el pecho. Los niños lloran, se alejan y sus mochilas, que colgaban del hombro de este perfecto imbecil vuelan por el aire. Respiro hondo, no me calma para nada. El tipo se enoja, pero no arremete. Ahi voy otra vez con la iniciativa.
le piso una mano con el pie derecho, mientras que con la rodilla izquierda le doy en la cara. Empiezo a obtener lo que buscaba, sangre.
Abre la boca para quejarse, creando la escena perfecta para mis nudilleras.
Ahora dientes, sangre, mocos y lagrimas le chorrean por toda la cara.
Lo suelto, pero como no cae con peso muerto, decido entregarle un poco mas de mi esfuerzo. Le pongo nuevamente un pie en el pecho, y comienzo a presionar de a poco. Parece no inmutarse, hasta que subo el otro pie.
Ahi estoy. Saltando en el torax de un imbecil que se hubiera ahorrado este mal momento con solo pedirle perdon a quien debo mi existencia. Despues de esta reflexion, vuelvo la cara al condenado. Bajo de encima de su cuerpo, y espero alguna reaccion. Los niños lloran, la gente mira pero no dice nada. La policia no viene. La situacion ha de ser parecida a la del dia anterior, pero esta vez tiene un tinte de justicia.