viernes, 20 de mayo de 2011

Otra vez el fracaso inminente.

Dotado de una taza y una caja de 25 saquitos de mate cocido (ensobrados) me dispongo a conquistar la mañana. Esa estúpida idea que tenemos de poder conquistar el tiempo, que no nos lleva a mas que un sórdido existir, un vacío ser y estar, no solo en las mañanas o las tardes. El tiempo no se conquista, y las chicas tampoco. Simplemente coquetean con nosotros, nos dejan jugar en un arenero que de noche se convierte en baño público.
El tiempo siempre es suficiente, lo que no alcanza son las ideas. La vida es mucho más que una planilla de Excel y un F2 constante.
A fin de cuentas, lo patético de actuar, es que trasluce nuestro modo de pensar y sentir la vida.