viernes, 9 de octubre de 2015

Wi Fi

Esa noche me tocaba lavar los platos, justo antes de empezar me miré las manos.
Venía de hacer lámparas de hierro, de hacer mueblecitos de madera, de hacer cosas que marcan. No lastiman, solo marcan.
Pequeños cortes.
Pequeñas quemaduras.
Pequeños todos.
El mirarme las manos me hizo recordar en el acto a la rubia santiagueña que vivió en Tucumán y conocí en Córdoba.
Ahora está en Irlanda.

Para cuando termino de pensar en todo eso ya lavé los cubiertos y platos.
No me gusta lavar cuando se cocina arroz o fideos. Debe ser por la baba que dejan pegada a la olla.
Con la rubia compartimos baba, nos chupamos las encías. Pero yo fumaba y a ella no le gustaba eso.
Ahora estamos más grandes,
Y el whatsapp acorta las distancias
Y las fotos camuflan la ausencia
Y el wifi nos hace estar solos

Y sin culpa.