Domingo, igual que ayer
Y la concha de tu madre
No hay que hacer esas cosas
De andar prestando capítulos de vida
El diablo se puede poner cualquier camiseta de fútbol
Y quizás hasta tome café
Y se saque los mocos en los semáforos
Como todos nosotros.
Pero hay que aprender a descreer,
No hay que creer en las propagandas,
Ni en las personas
Por mas que sean geniales
No hay peor forma de estar solo
Que cuando ya no entra un alma en la habitación
No hay peor consejo que el del que no te estaba escuchando
No hay peor recuerdo que el del anhelo.