De una conversación me quedó una frase molestando. Hincándome
en la lógica, molestando el consciente.
“un día de estos le voy a confesar mi amor, aunque sea al
pedo, pero me gustaría hacerlo”
Después de eso hubo algunas cuadras de silencio, de reflexión;
y por supuesto, de un cierto vacío. Una ausencia específica, un “me falta alguien”
Lo que me quedó picando fue la confesión del amor, y me
enfermé.
Mirá si seremos una raza careta, impostora, falsa y de
mierda, que una cosa como el amor se confiesa, como un crimen, como un delito;
como cualquier cosa que tenga una cuota de culpa.
NO.
Si tiene que ser así, perdete el amor en el orto. Yo te voy
a seguir persiguiendo como un imbecil, acosando como un enfermo y escribiendo
como si lo supieras; hasta que me digas que ya lo sabes. Que te diste cuenta.
Y no va a haber confesiones, imputados ni alegatos.
Seguramente habrá soledad, bar y texto
Como siempre,
Como yo.